, la condición social de las personas con las que queremos compartir nuestra vida es importante para nosotros. Esto es simple, y únicamente quiere decir que necesitamos sentirnos a un mismo nivel de esas personas. Ni más ni menos.
Es crear un halo de sentimientos comunes: conversaciones, intereses, inquietudes.. Y sentirnos respaldados en nuestros puntos de vista, y en nuestras posturas.
Pero no todas las personas pueden complementarnos en todos los aspectos que conforman nuestro día a día, obviamente no. Pero un nexo sólido debe existir. Porque los amigos no son esos con los que te vas de borrachera cuando quedáis; son con los que vuelves a las seis de la mañana de toda una noche de locura cuando os encontrásteis por casualidad. Y no son los que te llaman por tu cumpleaños, sino lo que te llaman un jueves a las diez de la noche para ver si sigues vivo.
Y una pareja no es la que le se levanta temprano porque a ti te gusta hacerlo. Sino la que te deja dormir porque sabe que tú lo prefieres, aunque tenga que quedarse despierta, sin poder conciliar el sueño.
De todos modos. Ahora la condición social ya no tiene tanta importancia.
Porque si una persona te sigue incondicionalmente, aunque no pertenezca a ese halo de inquietudes,
¿vas a alejarla de ti?
Ayer me dijeron que no se piensa más sabiamente con la mente, sino con el corazón.
Y eso, creo yo, es lo que voy a hacer.
Yo vivo el momento, con quien quiera vivirlo conmigo,
y lo más importante del momento es ser feliz. Y yo lo soy!
//“Es muy probable que las mejores decisiones no sean fruto de una reflexión del cerebro sino del resultado de una emoción.” E. Punset.
Feliz Noviembre //
