Huesca ha sido una aventura; pero, como todas las etapas, es una más, que se conecta y encadena a otras, que les preceden y les dan continuidad.
Me siento en paz. He tocado fondo como nunca había experimentado antes, y ahora, de repente, percibo cómo el agua seguía fluyendo bajo mis pies, aunque yo no tuviera conciencia de eso. Ese mismo agua limpia ahora el empedrado sobre el que camino, que no es otra cosa que las consecuencias de nuestros actos, las cosas que nos ocurren, y cómo afrontamos esos problemas.
El agua arrastra los gritos que nos hemos lanzado, las miradas de rencor por no estar a la altura de lo que proyectábamos, por soltar un comentario fuera de lugar, por dejar de lado a tu pareja cuando más vulnerable se encontraba.
El agua empieza a sanear todo. Hay cosas que las arranca de raíz, hay cosas que las tapará y hay cosas que seguirá regando y crecerán, y sólo el paso del tiempo permitirá hacer una poda en condiciones.
Tan cierto, como que tú y yo somos otros, tan cierto como que no hay nada más, tan claro como que la noche nos espera, tan claro como que no lo hace para todo el mundo, tan breve como quien no espera respuesta, tan breve como quien sabe lo que dice. Ahora y aquí "t'estimo".
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