domingo, 7 de diciembre de 2014

..decir adiós es mucho tiempo.

A pesar de haber declarado que comenzaría a escribir sobre buenos momentos, cosas bonitas, que guardar para el recuerdo...
A pesar de que el padre que originó el gusano de este blog, el Gabo, se merecería una entrada dedicada...
A pesar de que estamos en primavera y que llevo varias semanas recopilando ideas en mi cabeza...

.. las ganas incontrolables de escribir cuando sucede un desastre personal es insuperable.

¿Cuánto tiempo se necesita para vivir una decepción sobre alguien a quien acabas de conocer? Escuché que la única manera de no padecer una decepción con un "amigo" es esperar de él nada, y así sorprenderte por cualquier cosa, o todo, lo que te ofrezca. Es obvio, porque si en lugar de eso, con toda la confianza ignorante del mundo, la posicionas en un alto escalón, podrá siempre caer y romperse.

La decepción duele más que el enfado. Porque tú eres el único responsable de sentirte así, pues por mucho que quieras exculparte de ese sentimiento, te persigue. Y la mayoría de las veces la otra persona ni tan si quiera sabe de tu estado.



//sé que soy un persona radical, de extremos. Sé que decir que soy así es una manera cobarde de no asumir que tengo mucho en lo que trabajar. Poco a poco voy conociéndome mejor, y soy sensible, y soy muy observadora, soy impaciente, soy muy alegre, me aburro con facilidad, me apasionan los pequeños detalles, me ganan con el buen sentido del humor y con la comida, me encanta como me siento cuando hago deporte, me gusta la gente que lee y que ama el cine, me encantan los perros, aunque me den alergia y miedo a la vez, me asusta el rechazo, me cuesta mucho creer en el mal hacer de las personas, no conozco a nadie en el mundo que se oriente mejor que yo.... Soy tantas cosas, y tan pocas, a la vez...
Feliz Abril//

..mi felicidad y mi tristeza son mías (sobre verdades absolutas).

La inteligencia emocional es algo sorprendente, algo muy necesario en nuestra vida y, por desgracia, algo a lo que dedicamos muy poco tiempo. Más inteligencia es más capacidad, pero dejemos atrás el concepto que relaciona presencia de inteligencia con valor positivo y falta de ella con estupidez. Para hablar de inteligencia emocional tenemos que relativizar el término.

La carrera social que se genera en torno a la inteligencia racional en la que trabajarla y almacenarla es lo más importante, es una irracionalidad en sí misma. De nada nos vale dedicar años de nuestro tiempo a alabar este tesoro cuando nos vemos desbordados por no poder afrontar un problema emocional, controlar nuestras propias emociones, expresarnos con propiedad, o transmitir un deseo a otra persona.¿Qué más da lo sepamos si no sabemos empatizar con nuestro cliente o hacerle sentir a un amigo que estás a su lado cuando te necesita? En ese momento te has convertido en una máquina, que genera ideas racionales con éxito pero que no sabe reconocer que su manera de hablar es irritante para alguien o que tiene una forma de hablar que provoca antipatía.

Es un grave error no formar a nuestra sociedad en el camino de la inteligencia emocional. Conseguir que un niño sea empático, sepa si está siendo inapropiado en una situación, o que pueda aceptar críticas, hace adultos maduros, consecuentes, y que duermen tranquilos todas las noches.

Yo no me avergüenzo de expresar lo que siento. Si el comportamiento de una persona me hace sentir mal, siento que hacérselo ver es la mejor opción. ¿Cómo puede esa persona enfadarse conmigo por ello? De boca de esa persona escucho justificaciones del tipo "me siento criticado", "yo soy así y quien me quiera me debe aceptar así", "eres una exagerada", o "tienes una perspectiva errónea de lo que quiero decir". No aceptarlo, negarlo, o incluso echarte en cara sentirte así es una cobardía.

No existe nada más real que un propio sentimiento. Si yo estoy feliz no es algo subjetivo. Es mi propia felicidad, y nadie sabe reconocerlo con más certeza que yo mismo. Es el sentimiento más puro y real que puede existir, y no es comparable. ¿Cómo me puede negar alguien que no me está sentando mal un hecho o que no me entero de mi propia circunstancia? Nadie puede comparar ese sentimiento tuyo, vivido por ti mismo en esa situación, con su perspectiva de ti o su análisis ajeno a tu propia vivencia. Es una locura que una persona pueda sentir tu pena o tu alegría mejor que tú mismo, o dudar de lo que tú sientes.¡Qué insensatez y qué descaro!


Niños bañándose de Sorolla. La infancia como muestrario de sensaciones verdaderas y máximas.

Vive, siente, conócete. Ponle nombre a lo que te sienta bien y a lo que sienta mal. Marca tu límite con eso que no te gusta. Hazle saber a esas personas que tienen un comportamiento inadecuado contigo que eso te hace sentir mal. Si se enfadan por esa "crítica" tuya dales tiempo. Si siguen actuando igual, deja que se vayan de tu vida. No tenemos ninguna necesidad ni obligación de tener a gente en nuestra parcela que nos hace sentir mal. Si esas personas se disculpan, acceden a dialogar, a saber qué es lo que te perturba, a buscar un punto en común, es que están interesadas en mantener tu amistad. Cualquier otra actitud, a la defensiva, con enfado de por medio, atacante, es parte de una manipulación, que no está en tu alcance solucionar. Nadie puede cambiarte a ti y tú no puedes cambiar a nadie. Del mismo modo tú no vas a cambiar por nadie. Así que toma las riendas de tu vida, que nadie lo va a hacer por ti mejor.

Cada persona debe lidiar con sus problemas y con su propia inteligencia emocional.

//, sol de invierno, que vuelves año tras año. 
Gotas de lluvia sobre mi ventana. 
Y entre el vaho estás tú. Feliz otoño de 2014//

martes, 24 de junio de 2014

..las canciones compartidas.

Cuando hay una ruptura sentimental hay un tema que nunca pensé que me traería por el camino de la amargura, como lo ha hecho (y sigue haciéndolo), y es el repartir. Y no me refiero a repartir lo material, que también es interesante. Yo me refiero a lo abstracto. Podría hablar de los recuerdos, o de las amistades que quedan entre dos aguas, pero hay algo que me atormenta aún más: las canciones.

Normalmente cuando conoces a alguien y te gusta sientes una fuerza incontrolable e impetuosa de querer compartirlo todo y de querer conocer todo lo que rodea a ese individuo. En este momento, y aunque no seamos conscientes del riesgo que conyeva, aceptas que todo lo que te pertenece, dejará de tener un único propietario.

Y ¿qué quiere decir esto?
Pues esto queire decir que esa canción que antes te ponías para alegrarte, ahora no te va a alegrar, porque recordarás a cierta persona disfrutando también de ella, y no quieres recordarlo. También te pasará cuando estés triste, que querrás hundirte más en tu miseria, pero las cancioes que usabas no te valdrán para este tipo de tristeza provocada (a menos que quieras acabar con tu existencia ese mismo día).

 Canciones que te devuelven tu imagen. Y por mucho que te tapes los ojos siguen ahí.

Cuando dejas de estar con esa persona no puedes escuchar nada de lo que escuchaste en ese periodo compartido. Bien te remontas al antes de esa persona, bien te evades con nuevos horizontes musicales o, si tienes suerte y no compartiste toda tu música o teníais gustos diferenciadísimos, puedes resguardarte en esas pocas canciones que no te inspirarán ninguna imagen que no te convenga.

Ya de por sí es difícil no sufrir con la música en época de desamor, pues la inmensa mayoría del mercado musical pop, indie y rock (como lo que yo más conozco) centra toda su temática en el amor como concepto irreal e idealizado, porque describe la sensación vivida en un futil momento que es el enamoramiento que, comparado con el total de nuestra vida, equivaldría a un mísero 10% de su longitud (los 3 primeros años de cada relación).

Descartadas esas tenemos canciones de desamor para cortarse las venas, en las que sólo se insta al destino a que te vuelva a traer a esa persona a tu lado (no todo el mundo desea esto). Y aparte de estas tenemos las de rabia contenida, despecho o ese aire de falsa superación que te da el hablar mal de esa persona y dejarle ver que su vida irá a peor porque tú ya no formas parte de ella. Pero es que odiar a una persona no te hace dejar de acordarte de ella, sino lo contrario. ¿No pueden existir canciones normales donde se exprese la pérdida sin pretender nada? El duelo debe pasarse, y no taparse con expectativas o deseos esperanzadores. Somos adultos, hemos tomado una decisión. No queremos arrepentirnos. Necesitamos seguir hacia delante.

Si quitamos entonces todas las canciones comunes, las que escuchaste en la misma época, y las de amor destroyer, sólo quedan pocas poquitas, que son las que usarás para curar tus heridas. Y cuando pase el tiempo y de pronto un día te des cuenta de que se te olvidó que te olvidaste de acordarte de él, y de que han pasado las semanas rapidísimo, entonces comprenderás que esas canciones "sin temática determinada" te ayudaron a sobrellevar esos meses, te recuerdan a ellos, y que son las canciones que a partir de ahora, serán sólo tuyas, y te definirán.

Y poco a poco vas aumentando esa lista de reproducción, y ampliando la temática. Puedes incluir canciones de amor que te hagan pensar en tu día a día, en lo mucho que quieres a tu buzón, o lo bien que se te da cocinar. Es así como debe ser. Y cuando pase aún más tiempo lo ideal sería ir desestigmatizando esas canciones que te merezca la pena recueperar de ese envenenamiento. No vas a poder suprimir el recuerdo que tienes de ellas, pero sí transformarlo.

Aunque creo que se emplea tanta energía en esta transformación que sólo debemos recuperar algunas, y dar por perdidas otras, aunque duela. Porque aparte, esas que duelen, serán importantes que las dejes intactas, para tener siempre presente lo que no quieres que vuelva a suceder. Y cuando ya no duelan, si acaso, podrás acordarte con nostalgia y amor de esa persona que algún día fue especial.

//, ha empezado el verano. Y se nota tantísimo que el deshielo empezó. Ya no hay dobles pensamientos, por decir que no me acuerdo cuando mi cabeza si lo hace, o intentar convencerme de que no es el hombre de mi vida. 
El tiempo ha sido más sabio que yo, para variar, y me ha devuelto la alegría y las ganas de querer ser yo misma.

Feliz Junio! 

A volar!!//

lunes, 27 de enero de 2014

..no sabré nunca a qué hora vestirme el corazón.

“Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, a partir de las tres empezaré a ser feliz. A medida que se acerque la hora me sentiré más feliz. Y a las cuatro, me agitaré y me inquietaré; ¡descubriré el precio de la felicidad! 
Pero si vienes en cualquier momento, no sabré nunca a qué hora vestirme el corazón... 
Los ritos son necesarios” 
― Antoine de Saint-Exupéry, The Little Prince.

 Josef Kote. Don't Wake me Up.

//, sol de invierno, que calienta y abraza.
Bonitas y tranquilas tardes, 
de enero de 2014//