viernes, 7 de agosto de 2020

.. todo lo que me da Madrid

Tengo un conocido que es un gran publicista del que recuerdo que, en una ocasión, me explicaba cómo había obtenido una de las Matrículas de Honor que consiguió durante la carrera. Consistía en exponer en un trabajo una idea de venta que provocase en el público la inercia de adquirir ese producto o esa idea mediante la creación de una nueva necesidad, es decir, una necesidad que previamente el propio comprador no identificase como tal si le hubieran preguntado por la calle enumera, por favor, tus necesidades actuales.

La idea de este chico fue vender una china. Un chinato. Una piedra pequeña. ¿Para qué? pues para poder metértela en el zapato y experimentar así esa sensación de alivio que tienes cuando consigues sacarla.

A mí me pasa esto mismo con Madrid. De repente puedo saborear lo maravilloso de mi existencia, y me recreo cuando camino por las mañanas por la judería, paseo por el río, o escucho el silencio de la noche al dormir con la ventana abierta. Y sólo lo reconozco porque he vivido su ausencia durante mucho tiempo.

Quizás cuando me haya acostumbrado a esto, y deje de disfrutar de lo pequeño tenga que regresar. Quizás Madrid sea eso, un recordatorio.

Lázzaro Feliz - Alice Rohrwacher

  //, sigo rumiando con la idea de la vida en el campo. Lo quiero, me atrae. Sé que no encontraré más respuestas hasta que no lo experimente en primera persona. Y sé que vivirlo tiene que ver con saber qué puedo ofrecer a los demás. El proyecto que debo desarrollar. Sigo pensándolo. 
Por cierto, ¿cómo de maravillosa es esta película? Lazzaro Feliz. Feliz Agosto.// 

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