viernes, 21 de diciembre de 2018

.. decisiones

Tomar decisiones.
Como quien toma el té.

Thomas Hoepker
USA. New Mexico. 1985. Moonrise along the Albuquerque-Santa Fe highway.



//, pedir a mi cabeza que no piense en algo, es una invitación a que se regodee en eso. Me cuesta desvincularme emocionalmente, a pesar de tener claro dónde está el objetivo. Me afectan las pequeñas rutinas; las mías, las de los demás... Y fantaseo continuamente con una vida posterior, como si los fantasmas del pasado fueran a desaparecer por haber aprobado una oposición.
Feliz Navidad.//

sábado, 8 de diciembre de 2018

..gentleman

Decía Santiago Abascal (actual presidente del partido político VOX, extremaderecha en España) en un meeting de su partido que el primer movimiento feminista había arremetido nada menos que contra los piropos y contra los que abren la puerta a una mujer (...) y, entendiendo cuán ridículo resulta esto, acaba dirigiéndose a su público para sentenciar: "pues yo voy a seguir haciéndolo; si alguna no quiere pasar, pues pasaré yo."

¿Por qué debería yo aceptar que alguien, por ser yo mujer, se comporte conmigo de forma predeterminada? ¿Por qué se insiste en que a mujer necesita ser ayudada o disciplinada por la conducta de los señores?


Comprendamos una situación análoga: históricamente, por una diferencia entre blancos y negros, se permite que los blancos opinen sobre lo que les parece el aspecto físico de los negros, y además que esté socialmente permitido que se lo comuniquen por la calle, así como a que tengan con ellos la deferencia de que siempre les abran la puerta para que pasen primeros. Si de pronto un negro no quiere que se le trate de un modo particular, por el mero hecho de ser un comportamiento regido por una cuestión de raza, no estaría bien que el blanco insistiese en ello. ¿No? 

¿Puedo decidir que no me gusta que me digan cosas por la calle? ¿Cuánto pesa mi opinión?

//a veces se me hace pesado, hablar y explicar una y otra vez cosas básicas para mí, que obviamente aún no lo son para muchas otras. A veces tengo discrepancias con chicos, pero más me sorprende cuando las tengo con chicas. Queda mucho por hacer//

lunes, 3 de diciembre de 2018

.. ah, woo, ah

"Baby you got me like ah, woo, ah...That's got me feeling this way (feeling this way) It beats me black and blue but it fucks me so goodAnd I can't get enough"LOVE ON THE BRAIN- Rihanna 
Esto canta Rihanna, con toda libertad de expresar lo que siente, y de mostrar su excitación física al extremo de resfregarse con el palo que sostiene el micro por el que canta.
Esto, no es sólo esto.
Esto significa que una mujer está hablando de cómo se siente, sin vergüenza y, lo más importante, sin pasar por el filtro de la visión masculina. Y es que en el recorrido de nuestra cultura (refiriéndome en cuanto a "nuestro" a algo global del ser humano), todas las historias que han versado sobre una mujer, estaban ciertamente escritas por un hombre; de modo que no era la actuación liberal de una mujer, sino la idea, de un hombre, de cómo debía comportarse una mujer, siendo mujer.

Esto ha provocado una gran estela de efectos negativos desde cualquier perspectiva.
Por ejemplo, la falsa identificación de muchas mujeres con esos patrones impostados, que todas hemos percibido, por ejemplo, en las ya-muy-mencionadas películas románticas americanas, del tipo "Tienes un Email", en el que la mujer adopta una posición de sumisión hacia el hombre. En este caso encontramos a una Meg Ryan, al frente de un negocio, feliz, graciosa, amante de la literatura y  de las relaciones sociales, y con una vida sencilla y austera, elegida por ella. Sin embargo, hasta que no llega el señor Fox, no se da cuenta de lo perdida que estaba y de que necesitaba el amparo de un señor, para ser feliz plenamente (aunque este haya sido un activo partícipe en la destrucción de su negocio, tengo unos valores morales contrarios a los suyos, o le haya mentido desde el primer momento de conocerse).
Y la cosa es que tú, como mujer, acabas pensando que un sentimiento "normal" en la mujer, es sentirse complacida, reconfortada por la protección de un hombre, tranquila porque él decida... Y esto es falso. Pero son tantas historias las que han transmitido que una mujer siente naturalmente esto, que finalmente acabas pensando que tú sientes eso de forma natural, biológicamente (digamos). No, señor!

Cuando Virginia Woolf  reconoció que la historia de las mujeres estaba escrita, íntegramente, por hombres, sintió la premura de desmitificar esto, y de defender que fuese la mujer quien expresase sus propios sentimientos.
Y es a partir de aquí (ha llovido y todavía queda) cuando empieza la mujer a tener un hueco en el que poder expresar su interior. Pero claro, con una gran diferencia: expresarse como mujer, no como hombre. Ella ya reivindicaba esto, que las mujeres no debían hacerse hueco en el mundo de la cultura a base de crear personajes femeninos que actuasen según esos cánones.
¿Esto que provoca? que los sentimientos de la mujer, que ya estaba infravalorados, empiecen a ridiculizarse, asociándose al corolario femenino la locura, la impaciencia, la irresponsabilidad, la inseguridad, la poca coherencia, la falta de racionalidad... Digamos que se consigue que la opinión de la mujer quede relegada al saco de las opiniones de los niños, y de los ancianos demenciados. Por ello al final muchas de las opiniones volcadas por mujeres responden a esa idea masculina, evitando ser demasiado sensibles, demasiado dramáticas, demasiado sinceras, o demasiado cualquier-tontería-que-le-parezca-bien-al-señor-de-turno.

Estamos mejorando. Sí. Pasamos de no tener voz, a tener una voz masculina. Habrá que empezar a expresar lo que queremos nosotras, no?, sin esperar que a un hombre le parezca apropiado. Ambos sentimos intensamente. Igual un tío siente una atracción brutal hacia el físico de una tía que ni conoce, y todo ok. Y por contra se ridiculiza el sentimiento que puede tener una mujer de sentir intensamente hacia un hombre, más allá de algo físico. Cuál es el problema? Por qué vestirlo como que sólo quiero follarme a este tío? (que al final es la actitud que acabamos adoptando en muchas ocasiones, como escudo, no?). Cuando yo conozco a un tío que me flipa, me apetece comérmelo a besos, saber qué piensa, hablar, viajar... en definitiva, conocer la vida que vive. Por supuesto también follar, pero como otra cosa. Cuál es el problema? Vergüenza por qué?

Anda que no habré escuchado yo: "no vayas a engancharte..."
¿No es esto realmente el miedo a hacerlo?
Osea, va a ser que al final la visión masculina no sólo afecta a la mujer, que no quiere expresarse como siente, sino al mismo hombre, que teme expresar sentimientos que traspasan el superficialismo del macho predominante.

Pues sí, la realidad es que he conocido a muchos chicos que me han dicho "no vayas a engancharte", pero sorprendentemente, la mayoría de los que lo dijeron, y acabaron enganchados sin querer.

Queda mucho por hacer.





domingo, 20 de mayo de 2018

.. +Odio

Y de pronto siento odio. Hacia cada tiempo libre que tengo. Más bien hacia lo que rellena esos tiempos libres: la gente que interviene en ellos, la gente que me desplanta, las actividades que los ocupa... Odio la alegría fingida de las personas, las prisas hacia ningún lado, las miradas juzgantes de quienes pasan a mi lado, el falso carisma de la gente del montón, las excentricidades (en el fondo comunes) de quienes no tienen nada que apostar, la cercanía impostada de quien no me conoce...

Y no dejo de pensar que en el fondo ese odio sólo forma parte de mí, con independencia de quien  esté  fuera. Si yo no estoy bien dentro mis sentidos me hacen percibir esta realidad. Así de crudo, así de mierda. Pero así, sincero, directo, vacío, vacuo, extremo, sencillo, con plomo... Es así, para bien y para mal. Y al final, a pesar de esta taquicardia incesante, desagradable, desconcertante y abrumadora, yo sigo aquí. Conmigo, al pie del cañón, lista para la guerra. A tu lado, al mío, al de quien lo necesite. Te perdono. Me perdono. Me acepto, me confío, me dejo llevar. Es lo que hay, pero es lo que debe haber. Sigo. Sigo. Aquí estoy. Sigo.  

    Elliott Erwitt The Metropolitan Museum of Art. New York City, USA. 1988. © Elliott Erwitt | Magnum Photos

//"Declarada en guerra" es mi estado natural. Y vivo con él cada día. Así experimento distintas formas de verme, y entiendo que, en el fondo... todo empieza y todo acaba aquí.//