viernes, 11 de septiembre de 2020

.. partiendo almendras

, me jode el momento del día en que de repente me doy cuenta de que aún no me he olvidado de ti. Me viene a la cabeza, primeramente, que existes "anda! ¿qué será de...?", seguido de un "joder, todavía sigo pensando en él", y acaba con un "qué tortura! ¿y así hasta cuándo?".

Pero bueno, sé que en el fondo tu ausencia es mi acompañamiento. Sé que no te irás hasta que no apruebe y pase de fase, y sé que tu ausencia me ha enseñado (y me enseña) más de lo que he perdido conociéndote. Sin ti he aprendido a saber qué es lo que deseo querer, lo que quiero desear. Sentir. El calor de un cuerpo al otro lado de mi cama. La compañía en la butaca de al lado en el cine. Los minutos últimos mientras termino de preparar la cena que llevo toda la semana organizando para invitarte a mi nueva casa.Y toda la infinidad de cosas que he deseado hacer para ti, hacer contigo, hacer para llamar tu atención, hacer para que te quedes, hacer para que quieras quererme más. 

Y de repente paro en seco y pienso, ¿y si hiciera todas esas cosas (que me encanta hacer per se), sin el ánimo de tener la recompensa de tu afecto? ¡Qué maravilla! O mejor aún, ¿y si recibiera afecto de la persona que yo elija sin tener que mendigarlo? Después de todo, si yo he experimentado el amor incondicional hacia alguien, ¿puedo yo ser el objeto de amor incondicional de otro alguien, pero a a la vez correspondido por mí? Amor incondicional mutuo, ¡vaya!


 //,ves? no te necesito: esta soy yo partiendo almendras sin ti, esta yo soy leyendo El Pasado de Alan Pauls sin ti, esta yo soy haciendo yoga sin ti, paseando por la playa sin ti, comprando atún en el puerto sin ti...

¡Feliz Septiembre! Vámonos!//