Días largos, con sus noches largas, y sus camas estrechas, y sus distancias cortas.
//, es hora,
de dejar atrás lo que está atrás.
Y de mirar al frente,
y adivinar
lo que va a venir.
Y reírse de si no viene lo que se esperaba.
Y alegrarse por acertar en lo que pensamos.
Es hora de decir adiós.
Y no es un hasta luego.
Es un hasta nunca.
Arrojar entonces la llave al río,
del candado que ató lo que nos separó.
Y dejar que la corriente fluya.
Y arrastre lo que hace mucho
debió haber arrastrado.//
No hay comentarios:
Publicar un comentario