Estoy cabreada. Este fin de semana me visitó un amigo, el cual está totalmente obsesionado con ligar (cuestión que merece una entrada única) y reiteraba una y otra vez que busca una tía que no sea una "seta". Atendiendo a esta petición me dio tiempo para fijarme en cómo actuaba él. Si bien es cierto que nunca habíamos compartido 72 horas seguidas y que las veces que habíamos coincidido eran para ir a un concierto o tomar algo, en periodos breves de tiempo, ha sido agotador tener a una persona totalmente colgada de mí, dependiente y pendiente de que yo dijera en cada momento qué era lo siguiente que íbamos a hacer. Como si fuera yo un payaso en una fiesta de niños, que necesitan ser incansablemente entretenidos. Como cuando acompañaba a grupos a visitar ruinas por Francia y no les gustaba el queso, el vino o necesitaban un pañuelo para limpiarse los mocos.
Me cabrea porque menosprecia a la gente que acaba careciendo de lo que más teme él: la magia de dejarse llevar y que salga bien. Diversión asegurada. Tienes tanto miedo a ser de esa manera que piensas que alejándote de quien te parece actuar de ese modo va a librarte de tu propia mierda.
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